La paciencia me visitó y me recordó que las cosas buenas tardan en llegar a buen puerto y crecer lentamente con estabilidad.

La paz me visitó y me recordó que puedo permanecer en calma a través de las tormentas de la vida

Independientemente del caos que me rodea.

La esperanza me visitó y me recordó que tiempos mejores están por venir y siempre estaría allí para guiarme y animarme.

La humildad me visitó y me recordó que puedo lograrlo, no tratando de encogerme y hacerme menos sino al enfocarme en servir al mundo y animar a los que me rodean.

La bondad me visitó y me recordó ser más gentil, indulgente y compasivo conmigo mismo y los que me rodean.

La confianza me visitó y me recordó no ocultar ni suprimir mis dones y talentos para que los demás se sientan más cómodos. Sino abrazar lo que me hace ser yo

El enfoque me visitó y me recordó que las inseguridades y juicios de otras personas sobre mí no son mi problema. Y que debería redirigir hacia mi la atención que pongo en otros.

La libertad me visitó y me recordó que nadie tiene control sobre mi mentalidad, pensamientos y bienestar solo yo.

Y el amor me visitó y me recordó que no necesito buscarlo en otros porque se encuentra dentro de mi .

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Por Marina Lalinde

Periodista. Directora general de PrensaPlus

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